El primer centro, afortunadamente, ha sido en mi misma ciudad, por lo tanto he podido estar en casa y con los míos, no os imagináis lo que mi hija lo ha agradecido, lo malo que sólo ha durado cinco meses y cinco días.
Cuando ya se acercaba el día de finalización, me puse en contacto con la persona que tenía asignada la plaza originariamente, puesto que la mayoría de compañeros y compañeras me decían que probablemente no se incorporaría el día que estaba previsto sino uno o dos meses despues, imaginad mi alegría cuando me lo comentaban, no obstante yo quería confirmarlo para organizarme el trabajo, sobretodo porque se acercaba el final de curso lectivo para mi alumnado de segundo curso y quería realizar y puntuar yo los exámenes finales y dejar las notas puestas y que no lo tuviera que hacer una persona a la cual no habían siquiera visto.
Bien, pues como decía, me pongo en contacto con dicha persona y le pregunto si lo que mis compis decían era cierto o posible, y cual es mi sorpresa (decepción), cuando leo la respuesta,
- "Tras mucho pensarlo, creo que incorporarme es lo mejor para todos", automaticamente mi primer pensamiento, y creo que el de cualquiera en mi situación, fue hacer la siguiente pregunta - ¿Lo mejor, lo mejor para quien?, ¿Para mi, que ahora me voy al paro a falta de dos meses para poder optar a las vacaciones pagadas? ¿Para esa criatura que dejas en casa con apenas unos meses de vida?.-
Entiendo que todos necesitamos un sueldo a final de mes, pero si se lo estaba planteando, no creo que este fuera el motivo principal, o bien, simplemente me hubiera contestado con un "Si, me incorporo".
Pues a pesar de eso, y sin tener que hacerlo, dejé todos los exámenes hechos, corregidos y con las notas puestas, porque lo importante no era yo, ni esta persona, sino los alumnos y alumnas que habían compartido cinco meses conmigo.
Bueno, aún no he dicho que había vuelto al primer centro en el que empecé a impartir clases y por tanto este periplo por Andalucía y origen de este ("abandonado") blog, el IES Aguadulce.
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